jueves, 17 de mayo de 2012

Artesanos de la industria textil




Importancia de la industria textil

La industria textil fue uno de los primeros logros de los campesinos. En Gran Bretaña la lana de ovejas creó una actividad importante, por el número de trabajadores empleados y el gran comercio. La producción necesitaba un largo proceso y se requerían distintos grados de habilidad y fuerza. La mayoría del trabajo lo hacían los hombres usando máquinas simples. Otras ramas de la industria textil dependían de materias primas extranjeras: la seda, el lino y el algodón, por ejemplo. La fibra de algodón era muy corta y sólo se utilizaba en artículos pequeños. Por ese motivo, los productos típicos de la primera mitad del siglo XVIII, fueron los artículos de lana pura, y sólo las panas, hechas de algodón y lino. Dentro de la industria textil, la de los vestidos tenía importancia relativamente pequeña, ya que la mayor parte de las familias de esa época, fabricaban sus propios vestidos. Entonces, en 1733 John Kay logró mejorar el telar de forma simple pero importante, su lanzadera volante logró un gran ahorro de trabajo; un solo obrero podía hacer el trabajo que antes necesitaba de dos. En cuanto a los hilados, en 1738 Lewis Paul, tuvo una idea de tanta importancia como iba a ser la de Kay para los tejidos, en la cual la lana o el algodón cardados asumían la forma requerida de forma fácil y sencilla. En 1765, James Hargreaves inventó un torno simple movido a mano y por medio del cual una mujer podía hilar hasta 8 hilos a la vez. Sin embargo, la hilaza obtenida era muy suave y poco resistente. Richard Arkwrigth, con la ayuda de Kay, construyó “el bastidor” en 1768, una máquina que hacía uso de rodillos, sacando un producto fuerte que fue utilizado en los tejidos de algodón y que constituyó el primer gran paso dentro de la revolución de la industria textil. A mediados de los 80 la situación volvió a cambiar como consecuencia de un nuevo invento en el campo de los hilados. Samuel Crompton logró producir una hilaza no sólo fuerte, sino fina, adaptable a todas las clases de textiles, que se conocía como hiladora intermitente. En 1785 la máquina de vapor de Watt se aplicó por primera vez a los hilados por medio de rodillos, y después de 1790, cuando el vapor se usó para mover las hiladoras intermitentes, fue posible un enorme aumento de la producción y la consolidación de esta gran industria